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Chapter 16 - Capítulo 16 - Soñando contigo

Capítulo 16 - Soñando contigo

La noche cae sobre la isla, y después de más de 60 horas despiertos, los campistas finalmente han colapsado en un sueño profundo e incontrolable.

Las cabañas están en completo silencio, el sonido del viento se mezcla con las suaves olas, creando un ambiente de descanso absoluto.

La cámara recorre los rostros de los campistas, mostrando cómo todos han caído en una inmersión total en el mundo de los sueños.

Las imágenes se tornan borrosas, y poco a poco, cada personaje se sumerge en su propio universo onírico...

Sueño de Gwen - La llegada a la casa encantada

La niebla densa cubre el suelo mientras Gwen camina sola por un camino de piedras torcidas.

Lleva un vestido rojp, similar al que usa Lydia en la película de bettlejuice, su cabello recogido sobre su rostro mientras observa la casa ante ella.

Es una mansión retorcida, con ventanas inclinadas, puertas enormes y una luz tenue que la hace parecer sacada de una pesadilla estilizada.

Cuando abre la puerta, encuentra a dos figuras espectrales esperándola.

Chris y Chef, vestidos como los dos fantasmas Maitlan de la historia original.

Chef lleva un vestido anticuado, su cabello peinado con rizos exagerados.

Chris viste un traje polvoriento, cruzando los brazos con aire fastidioso.

"¡Bienvenida, chica trágica! Estás en la casa de los muertos con un problema enorme." Dijo Chris

Chef asiente dramáticamente.

"Y no vayas a la habitación prohibida. Nada bueno te espera allí." Dijo el Chef

Gwen los observa con aire escéptico.

"Ajá... ¿Y ahora qué?" dijo Gwen

Chris se encoge de hombros.

"Ahora lidias con lo que viene." Dijo Chris

Gwen frunce el ceño y avanza por la casa, ignorando las advertencias.

Gwen se aventura hasta la habitación que Chef dijo que no debía entrar.

Al abrirla, encuentra una gran maqueta de un pueblo en miniatura, colocado sobre una mesa.

Las calles son estrechas, las casas torcidas, con faroles que parpadean como si estuvieran vivos.

Cuando Gwen se inclina para observar más de cerca... algo se mueve dentro del pueblo.

Un pequeño hombre con un traje extravagante y el cabello revuelto aparece saltando entre los edificios.

Es Cody, pero con la apariencia de Beetlejuice, su traje a rayas, su sonrisa burlona, su energía caótica.

El pueblo miniatura era un lugar que no seguía ninguna lógica y de alguna forma ella estaba adentro de el.

Las casas cambiaban de forma, los árboles bailaban con el viento, y el suelo se movía como un tablero de ajedrez que constantemente cambiaba de patrón.

Cody giró sobre sí mismo con entusiasmo, extendiendo los brazos mientras presentaba el lugar como si fuera el anfitrión de un parque temático absurdo.

"¡Bienvenida al reino donde la realidad no tiene sentido y la diversión nunca acaba!" dijo Cody, saltando sobre una fuente que comenzó a lanzar chispas coloridas en lugar de agua.

Gwen cruzó los brazos, observándolo con expresión neutral.

"Tienes mucha energía para alguien que técnicamente es un fantasma miniatura." dijo Gwen, arqueando una ceja.

"Es parte del paquete." dijo Cody, haciendo una reverencia exagerada.

Los habitantes del pueblo, criaturas espectrales con formas torcidas y ojos brillantes, aparecieron lentamente, aplaudiendo a su nuevo visitante.

"¡Hora de recorrer la ciudad! Agárrate, reina gótica, porque aquí no hay descansos." dijo Cody, tomando la mano de Gwen antes de que pudiera protestar.

Las casas se inclinaron de repente, formando una especie de circuito elevado.

Las calles desaparecieron, y el único camino eran los tejados de los edificios, que se movían constantemente de posición.

"La primera regla aquí es: si puedes alcanzarlo, úsalo como camino." dijo Cody, dando un salto sobre una chimenea.

"Ah, genial. Lógica de videojuego barato." dijo Gwen, observando el terreno antes de decidir seguirlo.

Mientras avanzaban, los tejados cambiaban de lugar, obligándolos a improvisar cada movimiento.

"¡Vamos, que perder no es opción!" gritó Cody, girando en el aire antes de aterrizar sobre un toldo colgante.

Gwen saltó detrás de él, aterrizando con un movimiento preciso.

"Esto no está tan mal." dijo Gwen, con una leve sonrisa de satisfacción.

Justo cuando pensaba que tenía el ritmo bajo control, el tejado bajo sus pies se inclinó abruptamente, haciendo que tuviera que saltar sobre un carrusel volador para no caer.

"¡Ahora sí estás metida en el juego!" dijo Cody, riendo al verla reaccionar

Después de aterrizar en la plaza central, los habitantes del pueblo montaron una mesa gigante con platillos flotantes.

Los platos se movían por sí mismos, cambiando de apariencia y color cada vez que alguien se acercaba.

"Regla número dos: nada sabe como parece." dijo Cody, tomando un platillo que parecía carne pero que al primer bocado, sabía a melón.

Gwen tomó un pequeño pastel oscuro, esperando un sabor fuerte... pero terminó probando algodón de azúcar con un toque de sal.

"Esto es raro. Pero no del todo malo." dijo Gwen, mirándolo con curiosidad.

"¡Ese es el espíritu! Si todo es raro, entonces nada es aburrido." dijo Cody, tomando un vaso donde el líquido cambiaba de color según el ángulo en que se miraba.

"Tu lógica es más extraña que este pueblo." dijo Gwen, tomando otro bocado.

Cuando el pueblo se llenó de fuegos artificiales flotantes, Cody saltó desde una torre, sosteniendo un paraguas gigante.

"¡La gravedad aquí es opcional!" dijo Cody, descendiendo lentamente como si estuviera en cámara lenta.

Gwen miró hacia abajo, luego al paraguas, y finalmente suspiró antes de tomar el suyo.

"Esto es ridículo." dijo Gwen, antes de saltar.

Pero al caer, el paraguas funcionó perfectamente, flotando como si realmente controlara el aire alrededor.

"¡Ves! ¡Es sólo cuestión de actitud!" dijo Cody, girando en el aire mientras aterrizaba suavemente en el suelo.

Gwen descendió con calma, su expresión aún en evaluación, pero con un pequeño destello de diversión en los ojos.

"No estuvo tan mal." dijo Gwen, guardando el paraguas.

"Lo sabía, ahora solo queda un lugar por ir" dijo Cody, con un guiño.

Cody saltó con energía desbordante, su traje a rayas brillando bajo una luz irreal mientras tomaba la mano de Gwen.

"¡Vamos, reina gótica! Es hora de una aventura que nunca olvidarás." dijo Cody, arrastrándola por el pueblo miniatura.

La música se activó de la nada, los colores se volvieron más vibrantes, y de repente, se encontraron en un escenario teatral donde todo parecía moverse con vida propia.

"No estoy segura de qué tan buena idea sea esto." dijo Gwen, observando el lugar con una mezcla de curiosidad y duda.

"¡Bah! No pienses demasiado, sólo sigue la corriente." dijo Cody, guiándola hacia un camino de luces parpadeantes.

Los edificios giraban como si estuvieran celebrando, y entonces, ante ellos... apareció una iglesia con un enorme pastel frente a la entrada.

"¿Por qué siento que esto va a salir mal?" dijo Gwen, frunciendo el ceño mientras su vestido comenzaba a transformarse.

Las mangas se volvieron más voluminosas, la tela se iluminó con un tono blanco sepulcral, y antes de poder reaccionar... Cody ya estaba frente al altar con un traje igualmente dramático.

"¡Gente, es hora de sellar el destino! ¡Que empiece la ceremonia!" gritó Cody, mientras los campistas aparecían como espectadores, aplaudiendo con entusiasmo.

Gwen miró a su alrededor, tratando de procesar la situación.

"Esto es completamente absurdo." murmuró Gwen, pero algo en su rostro delataba que la situación le divertía, aunque no quería admitirlo.

El padre, una figura sombría con un rostro apenas visible, levantó el libro con aire solemne.

"Joven Cody, declara tus votos." dijo el padre, mirando al novio con expectativa.

"Oh, absolutamente." dijo Cody, limpiándose el traje con exageración antes de hablar con su característica energía.

"Prometo una vida llena de caos, diversión y desafíos imposibles. Prometo nunca dejar que el aburrimiento nos atrape, porque juntos seremos un desastre glorioso." dijo Cody, apuntando con una sonrisa confiada hacia Gwen.

Gwen alzó una ceja, cruzando los brazos.

"Bueno... al menos eres honesto." dijo Gwen, antes de tomar aire y decir su parte.

"Prometo soportar tus tonterías hasta cierto punto. Prometo que nunca dejaré que esto se convierta en una historia empalagosa, pero si nos vamos a hundir, al menos lo haremos con estilo." dijo Gwen, con un toque de sarcasmo en su voz.

El padre cerró el libro con fuerza.

"Pueden sellar el pacto." dijo el padre, señalando la última etapa de la ceremonia.

Cody no dudó en inclinarse hacia Gwen, con una sonrisa audaz.

"Va a ser legendario." dijo Cody, antes de juntar sus labios con los de ella en un beso.

Gwen se quedó en shock por un segundo, pero luego sintió cómo el mundo alrededor comenzaba a desvanecerse lentamente.

La escena se fundió en negro, y el sueño llegó a su fin.

Sueño de Lindsay - Una historia de cuento de hadas

Lindsay abre los ojos lentamente, sintiendo el aire fresco que entra por la ventana de su torre.

Su cabello es largo y dorado, más voluminoso de lo necesario, brillando con una luz mágica.

La habitación está decorada con colores pasteles, con espejos reflejando su imagen en todos los ángulos.

La gaviota con el plástico de Drama Total se posa sobre el tocador, observándola con expresión crítica.

Chris, vestido con una túnica elegante, aparece en la puerta con una sonrisa falsa, actundo como su madre manipuladora.

"Lindsay, querida, ¿por qué estás tan inquieta?" dijo Chris, caminando lentamente hacia ella.

"Es que... siento que hay algo más allá afuera." dijo Lindsay, tocando la ventana con la punta de los dedos.

"Oh, tonterías. Aquí tienes todo lo que necesitas." dijo Chris, inclinándose hacia ella.

"Pero... nunca he salido de aquí." dijo Lindsay, mirando su reflejo con curiosidad.

Chris soltó una risa tranquila pero calculadora.

"Porque no necesitas hacerlo. El mundo afuera es un desastre... lleno de gente que no entiende tu grandeza." dijo Chris, alisando el cabello de Lindsay con aire protector.

La gaviota gira la cabeza con evidente sospecha, como si no creyera ni una palabra.

Justo cuando Lindsay pensaba que su vida estaba sellada en aquella torre, Cody irrumpió en la habitación, tropezando al entrar.

"¡Ay! ¿Por qué ponen estas ventanas tan pequeñas?" dijo Cody, frotándose el brazo después de haberse estrellado contra el suelo.

Lindsay parpadeó, sorprendida al ver a un desconocido en su habitación.

"¡Un intruso!" gritó Lindsay, dando un paso atrás.

"¡No, no, espera! No soy un ladrón." dijo Cody, levantando las manos.

"¿Entonces qué eres?" dijo Lindsay, mirándolo con curiosidad.

"Digamos que... un viajero con un terrible sentido de dirección." dijo Cody, acomodando su chaqueta con aire casual.

La gaviota se acercó, mirándolo de arriba abajo con evidente desconfianza.

Chris apareció en la puerta, frunciendo el ceño.

"¿Qué es esto? ¿Una visita inesperada?" dijo Chris, observando a Cody con desprecio.

"Eh... hola, señora. Me gusta su ropa, muy dramática." dijo Cody, haciendo una reverencia improvisada.

Chris chasqueó la lengua, cruzando los brazos.

"Lindsay, querida... no te dejes engañar. Este no es un príncipe." dijo Chris, con tono manipulador.

Pero Lindsay parecía intrigada por la presencia de Cody.

"¿Y si quiero salir?" dijo Lindsay, girándose hacia Chris.

Chris soltó una risa baja.

"Oh, no seas ridícula." dijo Chris.

"No quiero quedarme aquí para siempre." dijo Lindsay, con determinación.

Cody sonrió de lado, viendo la oportunidad.

"¿Quieres aventura? Porque yo soy experto en eso." dijo Cody, extendiendo la mano.

Lindsay miró a Chris una última vez, luego a Cody... y tomó su mano.

"¡Vamos!" dijo Lindsay, con emoción.

Y juntos saltaron por la ventana, escapando de la torre.

Lindsay y Cody recorrieron paisajes espectaculares, llenos de magia y color.

Bosques brillantes, donde los árboles se movían con el viento como si estuvieran vivos.

Ciudades de cristal, donde las calles reflejaban el cielo como un espejo perfecto.

Montañas con cascadas doradas, donde Lindsay se quedó maravillada por la belleza.

"¡Esto es increíble!" dijo Lindsay, con los ojos brillando de emoción.

"¿Ves? Todo lo que querías estaba aquí afuera." dijo Cody, guiándola por cada lugar.

La gaviota los siguió de cerca, observando con satisfacción.

Finalmente, llegaron al lago, donde las linternas flotantes iluminaban el cielo nocturno.

Lindsay soltó un suspiro lleno de emoción.

"¡Es lo más hermoso que he visto!" dijo Lindsay, acercándose al agua.

Cody miró la escena con una leve sonrisa.

"Bien, ahora lo que falta es el toque final." dijo Cody.

Lindsay cerró los ojos, y comenzó a cantar "Veo en Ti la Luz", mientras las linternas seguían elevándose.

Cody se unió suavemente, su voz mezclándose con la de ella en un momento genuino.

Pero justo cuando todo parecía perfecto, Chris y Chef aparecieron en la orilla del lago.

"Bueno, bueno, bueno. La princesa rebelde ha ido demasiado lejos." dijo Chris, cruzando los brazos.

"Déjala en paz." dijo Cody, poniéndose frente a Lindsay.

"¿Por qué siempre te metes en problemas?" dijo Chris, con burla.

"Porque alguien tiene que hacerlo." dijo Cody, sacudiendo los hombros con confianza.

Chef tomó una espada y se lanzó contra Cody.

La pelea comenzó con movimientos rápidos y estratégicos.

Cody esquivó los ataques con acrobacias improvisadas.

Usó su entorno para desarmar a Chef, haciéndolo perder el equilibrio.

Chris intentó intervenir, pero Cody lo venció con un movimiento rápido, haciéndolo caer al suelo.

"¡Esto no se acaba aquí!" dijo Chris, frustrado.

"Sí, sí, claro. Dile eso a la derrota." dijo Cody, sacudiéndose el polvo de su chaqueta.

Cody cayó de rodillas después del enfrentamiento, cansado pero victorioso.

Lindsay se arrodilló junto a él, tomando un paño de su vestido para limpiar la herida en su brazo.

"Eres fuerte... pero a veces te pasas." dijo Lindsay, con una sonrisa dulce.

"Eso es parte del encanto." dijo Cody, mirándola con cercanía.

Lindsay miró las linternas flotantes una última vez, luego giró hacia Cody.

"Creo que hiciste algo bien." dijo Lindsay, inclinándose hacia él.

Sus labios se encontraron en un beso suave, y justo en ese instante...

La gaviota comenzó a aplaudir con sus alas, celebrando la escena con entusiasmo.

La imagen se difuminó lentamente, y el sueño llegó a su fin.

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