Peter corrió con una velocidad que apenas podía controlar, su sentido arácnido vibrando como un enjambre de abejas furiosas en su nuca. El parque se transformaba en un borrón a su alrededor mientras buscaba desesperadamente un lugar donde cambiarse. Vio un callejón estrecho entre dos edificios, apenas lo suficientemente ancho para que un hombre pasara. Sin dudarlo, se deslizó dentro.
Arrancó su ropa de civil con manos temblorosas y sacó el traje improvisado de su mochila. Los materiales de sudadera se sentían toscos contra su piel, y las lentes de sus gafas modificadas se empañaban ligeramente, pero en segundos, Peter Parker desapareció, y Spider-Man tomó su lugar. Se impulsó hacia arriba por la pared de ladrillos con un thwip de telaraña, sintiendo la adrenalina bombear a través de sus venas.
Desde la azotea, la figura alada de Toomes, ahora claramente identificable como el Buitre, era más imponente y aterradora. Sus alas metálicas se extendían a lo largo de varios metros, un amasijo de chatarra y tecnología alienígena que le permitía volar con una agilidad sorprendente. El brillo verde pulsaba con una intensidad ominosa. El Buitre se dirigía directamente hacia un banco importante en el centro de Queens, sus intenciones eran dolorosamente claras.
"¡Oye, cara de pollo!", gritó Peter, impulsándose en un arco de telaraña. Su voz, aunque algo distorsionada por la máscara, sonaba más joven de lo que quisiera.
El Buitre giró su cabeza con un movimiento brusco. Su casco, una pieza de metal puntiaguda y amenazante, le dio un aspecto aún más depredador. Se detuvo en el aire, flotando.
"¿Quién diablos eres tú?", gruñó el Buitre, su voz distorsionada por algún tipo de modulador, profunda y amenazante.
"Soy su amigable vecino, Spider-Man", respondió Peter, lanzando otra telaraña y balanceándose en un ataque directo.
El Buitre fue más rápido de lo que Peter esperaba. Con un batir de sus enormes alas, esquivó el ataque de Peter y lanzó una ráfaga de aire turbulento que lo desequilibró. Peter se estrelló contra la pared de un edificio, el impacto resonó por todo su cuerpo, pero sus poderes lo protegieron de daños graves.
"¡Mocoso entrometido!", rugió el Buitre, disparando un rayo de energía verde de una de sus alas.
Peter apenas logró esquivarlo, el rayo pulverizó un trozo de hormigón donde él había estado un segundo antes. Esto no era como pelear con ladrones de poca monta. Este tipo era peligroso, tenía tecnología avanzada y no dudaba en usarla.
La batalla se trasladó por los tejados de Queens. Peter lanzaba telarañas, intentando atrapar las alas del Buitre o inmovilizarlo, pero el villano era escurridizo. Su fuerza era sorprendente, y cada roce con sus alas o garras metálicas era un recordatorio de lo letal que podía ser.
En un momento, el Buitre voló bajo, arrasando un cartel publicitario y lanzando escombros a la calle. Peter actuó por instinto, disparando telarañas para atrapar los fragmentos y evitar que hirieran a los peatones que corrían despavoridos. Esta distracción le dio al Buitre la oportunidad de aterrizar frente al banco, donde comenzó a usar sus garras para arrancar el metal de la fachada.
"¡No lo vas a hacer!", gritó Spider-Man, lanzándose con todas sus fuerzas.
La pelea en el suelo fue brutal. Peter usó su agilidad para esquivar los ataques del Buitre, sus patadas y puñetazos impactaban contra el metal, resonando pero apenas haciendo mella. El Buitre lo golpeó con un ala, enviándolo contra un coche aparcado, abollándolo. El dolor fue agudo, pero Peter se levantó, su determinación se endurecía.
Finalmente, Peter tuvo una idea. Cuando el Buitre cargó contra él, Peter esperó el momento justo y, en lugar de esquivar, se lanzó hacia sus piernas, disparando ráfagas de telaraña para enredar sus pies. Luego, con un esfuerzo supremo, usó toda su fuerza para levantarlo y lanzarlo contra el suelo con un estruendo que hizo temblar la calle.
El Buitre gimió, sus alas se retorcieron. Antes de que pudiera recuperarse, Peter disparó una cantidad masiva de telaraña, cubriendo las alas del villano y pegándolas a su cuerpo. Intentó arrancárselas, pero la telaraña era demasiado fuerte.
La policía ya estaba llegando, sirenas resonaban en la distancia. Peter miró al Buitre inmovilizado, su respiración agitada. Lo había hecho. Su primera gran pelea, y había ganado.
Se lanzó a la noche, desapareciendo antes de que los coches de policía llegaran. De vuelta en su habitación, exhausto pero eufórico, se quitó el traje, sintiendo el dolor de los golpes, pero también una inmensa sensación de logro.
Sin embargo, una pregunta persistía en su mente. Mientras luchaba, Peter había notado algo. El brillo verde en las alas del Buitre no era solo energía. Parecía estar conectado a fragmentos de metal alienígena, restos de una tecnología que, según la tía May, solo había sido recuperada después del "incidente de Nueva York" y la invasión de los Chitauri. Pero según la cronología que recordaba de su propia vida, ese evento no debería haber ocurrido hasta 2012.
Esto era un enigma. Un pequeño detalle que no encajaba. ¿Había cambiado la línea de tiempo más de lo que pensaba? ¿O había más en la historia de Adrian Toomes de lo que los noticieros sabían? La noche había terminado con una victoria, pero también con una nueva y desconcertante pregunta sobre la naturaleza de este universo y su propio lugar en él.